El gran día había llegado y el nerviosismo mezclado con la ilusión llenaba el ambiente de la salida.
Aunquela hora era muy temprana ninguno de los allí presentes teníamos ni pizca de sueño, salvo quizás algún miembro de la organización, que por otra parte estuvo a un alto nivel, muy por encima de la salida de Pastriz, claro que esta maratón estaba en otra categoría, la gente que se había apuntado para realizarla eran de un nivel elevadísimo casi todos.
En nuestro grupo la preparación para ella había ido en secreto de manos de cada uno de los integrantes del grupo, y cada uno fiel a su estilo, el uno confesó llevar un tiempo realizando clases dobles de spining para llegar bien a la fecha, el otro machacándose en la elíptica mientras escuchaba la banda sonora de Rocky para motivarse aún más, otro no confesó haber hecho nada especial, pero no hacía falta porque se ve perfectamente que se está machacando en el gimnasio, vamos que te nos estás poniendo como un toro que tienes unos brazos que ni Stallone en sus buenos tiempos, jejeje, y yo que aunque no se lo crean no había tocado la bici desde Pastriz nada más que dos días, uno rodillos y el domingo pasado un pequeño entrenamiento en la salida corta de la Almunia.
Con todo ésto nos preparamos para la salida con el grupo dividido, los dos miembros más fuertes convencido de realizar la larga de 75 Km y los otros dos miembros, los que tenemos "más conocimiento" predispuestos para la slida cortan aunque aún no había nada decidido, ya que hasta que no se llega al desvío todavía queda tiempo de cambiar.
Tomamos la salida colocados en las últimas posiciones del pelotón siguiendo la misma táctica que en Pastriz, ésto motiva ya que muy pocos participantes te superan mientras que tú vas revasando a un mayor número de ellos, lo que hace aumentar tu autoestima y te aporta un plus de fuerza , no sé muy bien si directa a las piernas o a la cabeza pero puedo asegurar que funciona, aunque también tiene su lado negativo y es que si abres la boca se te llena de polvo, pero había sido nuestra elección. Tras el falso llano rodeados de otros ciclista de nuestro nivel llegaban la primeras rampas en las que ya no nos pasaría nadie más, al contrario que nosotros, pero es tremendamente difícil superar a la gente. Esta subida se parece más al tráfico en la gran ciudad, en la que hay que elegir un carril y rezar porque nadie de los de delante eche pie a tierra ya que si lo hacen es casi imposible superarlos sin echar pie a tierra tú también.
Conseguido, llegamos a la primera cima sin pisar el suelo, y tras superar a unos cuantos el ánimo sube, y con algunos bombones y algún que otro fosquito ya no tenemos tan claro el no optar por realizar la salida larga. Comenzamos en descenso y poco a poco nos vamos soltando hasta que en una curva llega el fiasco, mi bici derrapa por culpa de una piedra y voy a dar con mis huesos en el suelo, son momentos en los que, como más tarde comentaremos, el cerebro parece funcionar como si se activara un turbo y aumentara la velocidad de procesamiento ya que te caes y te levantas en quince segundos y parece que transcurren cinco minutos. Afortunadamente la caída no ha sido nada pero les he dado un buen susto a mis amigos que es en este preciso momento lo que más me duele, mañana ya veremos.
El golpe me ha devuelto a la realidad y ya no pienso en la larga, sino en acabar lo más decentemente la corta, no sé si es la rabia por la caída o que todavía no se ha enfriado el golpe pero no me molesta demasiado, solo tiene mala pinta mi dedo meñique, pero hay que seguir.
Tras un rato rodando los cuatro juntos Jose y Capa echan una mirada atrás y al cruzarse con la nuestras entendemos que tiene que empezar su camino en solitario, Juan y yo seguiremos el nuestro.
Pronto comenzó la subida en la que ambos parecimos encontrarnos mucho mejor que el domingo anterior y poco a poco llegamos al avituallamiento en el que todo era calma y relajo, parecía un sabado cualquiera salvo por la cantidad de gente que allí estábamos, tras comer algo comenzamos el descenso, con algo más de respeto que en la primera bajada el que pronto se convirtió en nerviosismo cuando nos empezaron a sobrepasar por derecha e izquierda numeros ciclistas, durante el descenso nos unimos a un par de ciclistas del club organizador con los que terminamos la etapa mientras comentábamos diversas cosas.
Al llegar a meta en dos horas y cuarenta y cinco minutos nos dimos cuenta de que se nos había dado mejor que el último domingo.
Devolvemos los dorsales y recibimos los obsequios y los vales de la comida, tras lo cual decidimos de ir a lavar las bicis antes de guardarlas en el coche, una vez lavadas ellas y duchados nosotros tomamos un par de cervezas y una tapa y justo llegan las chicas.
El primero en terminar la larga hace rato que ha llegado pero a nosotros no nos interesa este superman que la realizó en tres horas y media, sino nuestros amigos que están próximos a realizar su andadura, aunque nos preocupan un poco al ver cuando llegan algunos participantes; por fin llegan los nuestros, parecen estar bastante enteros e incluso bromean con hacer otra salida al día siguiente... " sólo les faltan las cadenas". Je. Je Je