lunes, 7 de mayo de 2012

Los globleros a la conquista del desierto de los Monegros.


Que bien, una marcha a la 13:30 no hace falta pegarse el madrugón de turno para llegar a la prueba. Nos levantamos más tarde que de costumbre y desayunamos fuerte, no mucho que hay que volver a comer en un par de horas.

Para un evento como este es necesario ayuda en la logística, transporte, fotos, video y he fichado una “Personal Assistant“. Al final, como siempre se nos echa el tiempo encima y salimos pitando para el punto de partida. Al llegar a este, vemos como está aparcando un Golf. Blanco, nos alegramos pensando que “descensos” finalmente nos va a acompañar, pero al llegar al punto de encuentro vemos que el golf, tiene bola, y Cardenal nos confirma que descensos no puede acompañarnos. (Recuerdos a Vane, y que se mejore.)

Cargamos las bicis, la ropa, la comanda y rumbo a Sariñena. En Santa Isabel, Cardenal comenta, ¡anda los donuts!, digo ¡anda el casco!, así que vuelta a por él. Menos mal que íbamos sobrados de tiempo. El resto del viaje sin contratiempos, mucho tráfico, con bicis en todos los coches y tiempo entre nubes y claros, buena temperatura y sin amenaza de lluvia. Al llegar a Sariñena, la primera dificultad, encontrar sitio para aparcar, que de coches y Caravanas y primera crítica a la organización, mal señalizado los posibles aparcamientos. Finalmente con el coche aparcado decidimos comer primero y después ir a por los dorsales. Disfrutamos de nuestro plato de pasta y plátanos, recogimos todo y a por los dorsales. Mucha gente por todos los lados y al llegar a por los dorsales sorpresa, unas filas enormes, especialmente en la correspondiente a los dorsales del 2700 a 3000, la mía. Tras estar varios minutos sin moverme, empiezo a ponerme nervioso, no tengo nada claro  que me de tiempo a recoger el dorsal y a preparar ropa y bicicleta, finalmente dejo a mi “Personal Assistant”, en la fila (gracias) y le comunico a Cardenal que me voy a cambiar y que luego le sustituyo en su fila para que nos de tiempo a los dos. Cuando vuelvo cambiado el sale de la carpa con el dorsal, así que volvemos a preparar la vestimenta y las monturas. Vemos pasar continuamente bicis dirección salida y mi dorsal todavía no ha aparecido.  Al final, da igual la hora de la marcha, siempre con el tiempo justo, cuando nos ponemos en marcha dirección a la salida, nos damos cuenta que estamos en la cola del grupo.





Tras unos 20 minutos de espera se da la salida, aunque nosotros tardamos en llegar a la misma unos 12 minutos, aunque lo peor estaba por venir, atravesar prácticamente todo el pueblo andando, otro fallo de la organización, poner en la salida un embudo de calle, por la que era imposible que pasarán 6000 participantes. Finalmente salimos del núcleo urbano y empezamos a poner ritmo, sin prisa pero sin pausa, el avance se hacía lento pues el trazado estaba demasiado masificado, sin apenas poder mirar atrás, a la menor te dabas con alguien por lo apretado del pelotón, intuía que Cardenal me seguía de cerca. Según su consejo intentaba avanzar por la derecha donde la nube de polvo era menor, aunque en este apartado pensaba que el polvo iba a ser más abundante. A duras penas se avanzaba entre tanta gente y en los puntos difíciles había unos atascos que ni Madrid un viernes en hora punta y lloviendo. Lo que te obligaba a bajar de la bici y a guardar cola como para sacar las entradas del cine. Otro fallo de la organización, en estos puntos había muchos espectadores para ver como se pasaba por los charcos de medio metro pero no había nadie de la organización, estos pasos los tenían que haber mejorado antes.


Al final, tras la primera mini-subida, realizada con plato chico y piñón grande para tener la velocidad adecuada al caminar de la gente, parece increíble lo poco solidarios que somos, la gente se bajaba de la bici y no se quitaba de la trazada, con lo cual al final parecía más una procesión, cada uno arrastrando su “paso”, que una marcha en btt, llegamos al primer avituallamiento km 26, veo a mi “Personal Assistant “ y le pregunto por Descensos ya que tengo una llamada suya y me he alarmado. Cardenal llega prácticamente a la vez, desistimos de tomar nada en el avituallamiento pues hay más gente que en las casetas gratuitas de la feria de abril.




Nos ponemos en marcha y a los pocos metros parada técnica a subir el sillín, nos ponemos de nuevo en marcha, se hace difícil ver si Juan me sigue, pues el tráfico es muy denso y cualquier distracción te puede llevar a un toque con alguien y al suelo. En teoría hasta el km 60 la pendiente es favorable y este tenía que ser un terreno rodador para ganar velocidad media pero es imposible, los grupos de amigos, van todos juntos ocupando todo el ancho del camino, lo que imposibilita avanzar y coger ritmo. Durante un tiempo me pasa Cardenal, avanza rápido entre ciclistas y se me hace difícil seguirle, por un momento creo que me voy a quedar cortado, al final le consigo dar caza y me vuelvo a poner por delante. Finalmente sobre el km 45, parece que la pista se abre, me pasa un chaval del CC Barbastro, y me pongo a rueda de él, creo que estos 5 km fue los únicos que disfruté realmente, con el plato metido y por encima de los 35 de media, pasamos a un motón de gente, y gente que le iba dando caña.


Pero llegamos al punto de control de km 50 y otra vez todos parados haciendo fila para pasar por el punto que te daba el tiempo intermedio. Decepcionante velocidad media de 20 km por hora.

Justo aquí estaba el segundo avituallamiento, conseguí dejar la bici tirada por ahí y me dispuse a reponer mi reserva líquida, sorpresa, no hay isotónicas, a la vuelta me encuentro a Cardenal, tras llenar los botes y comer un plátano nos ponemos en marcha. Me pregunta Juan que si empieza la subida, y yo le contesto que no, que tenemos que bajar todavía hasta Peñalba, pero este paso ha sido suspendido, pues se encuentra en fiestas la localidad. De esto me entero a posteriori, veo que no hago más que subir cuando realmente yo esperaba bajar y entrar en el núcleo de Peñalba. Esto me trae despistado hasta el final de la prueba, pues ha alterado el kilometraje y el perfil de la prueba no coincide con el que llevo en el cuadro de la bici. Entiendo que ya estoy en plena subida hasta el km 78, miro atrás a ver si veo a Cardenal, pero ya no le veo y decido seguir adelante.

A estas alturas de la prueba, el mogollón sigue siendo una constante, por lo que también es difícil coger ritmo en la subida. Paso de largo el avituallamiento del 77, pensando que se descongestionaría algo el camino y podría ganar tiempo, todo lo contrario, todavía quedaba un tramo de subida por un camino estrecho. Si no fue el tramo más lento que hice a mí me lo pareció. No había manera de pasar por ningún lado y la gente iba muy despacio, y no se apartaba ni queriendo. Una vez arriba, tocaba el descenso, aquí fue cuando entendí lo que había leído del comer polvo en los monegros. A estas alturas de la prueba, todavía rodabas en una hilera de bicis continua, el cielo desapareció de repente y la visibilidad no iba más allá de 30-40 metros, parecía una tormenta de arena en el desierto, a duras penas eras capaz de distinguir el trazado del camino.

En pleno descenso, y a unos 30 metros del camino, veo un tío arrastrando la bici por una finca, después de 83 km los reflejos no son los mejores, y de repente un “flashazo”, el casco se me queda metido en la retina y sin saber muy bien como el cerebro lo relaciona con Capa, otra mirada furtiva para confirmarlo y así es. Tiro de frenos, oigo alguna maldición y doy la vuelta, no creo que más de 80 metros, pero me siento como un kamikace en la A-6, pedaleando sentido contrario a ciclistas que bajan a 40-50 km/h. Kapa me confirma que sólo son problemas técnicos, a pinchado un motón de veces y se ha quedado sin cámaras y sin “moral”. Intentamos arreglarla con unas de las mías, pero demasiado tarde nos damos cuenta de que el agujero de la válvula es demasiado estrecho para mis cámaras. Lo dejo caminando en busca de mi  “Personal Assistant“, para que lo recoja. Ahora voy descendiendo y buscando a mi “Personal Assistant “, para preparar el coche, la veo en un montículo de tierra, en el peor sitio posible, una curva de Herradura la salida hacia el coche por el exterior y me ha pillado por el interior. Hago un recto como puedo y toda la gente gritando “donde vas loco que por ahí no es”, algún improperio más de algún participante que le sorprende mi trazada y a pedalear hasta el coche, coloco el portabicicletas y se lo dejo preparado para cuando llegué Kapa.




Me reincorporo a la carrera y una vez terminado el descenso, el terreno entra en un sube y baja continuo, se nota que los kilómetros hacen mella y se ve gente parada estirando y gritando de dolor por los tirones y calambres que tienen. Llego al avituallamiento del 101 a reponer líquidos. Espero un poco a ver si viene Cardenal, aunque posiblemente el también haya parado al ver a Kapa. Se comenta que en breve va a comenzar una tormenta y yo no me lo quiero creer. Me vuelvo a poner en marcha y a estas altura aún se rueda en grupo y comiendo más polvo que antes.

Menos de 19 km para meta, que cerca y que lejos. Estoy fuerte, meto plano y tiro todo lo que puedo, sigo adelantando a ciclistas, alguno con verdaderos sufrimientos, yo se que voy bien, el corazón sigue subiendo cuando se lo pido y las piernas mientras vaya sentado en la bicicleta no se quejan demasiado, he comido algo en el avituallamiento y llevo bebiendo bien toda la prueba, no tengo miedo al hombre del mazo. Empiezan a caer unas gotas que al principio alegran y refrescan, te quitan un poco el polvo de la cara y de las piernas. Pronto las gotas se convierten en tormenta, cae agua de verdad y el camino se empieza a complicar demasiado, al salir de una curva, veo una recta enorme con un montón de gente tirada por el suelo. La bici empieza a moverse a todos los lados, veo numerosas caídas una justo del biker que va delante de mi, no le paso por encima de puro milagro. A llegado el momento de aflojar, plato mediano y a salir de allí con mucha prudencia y mucho tacto, patinazos continuos y la lluvia sin parar, intento mirar los kilómetros que faltan pero es imposible, tengo barro por todos los sitios y no hay manera de soltarse del manillar.

Finalmente llego a un tramo de asfalto, lo identifico con el tramo final paralelo al río, miro el desviador y lo veo limpio, meto plato y hasta el final, que tengo ganas de acabar.

En la llegada veo a mi “Personal Assistant“ junto con Kapa y en la meta a Paloma y Cris. Llego lleno de barro y muerto de frío. Busco las duchas, hay colas increíbles para todo, lavar las bicis, ducha, comida, cojo un par de botellines de agua y unos trozos de pastel de manzana, lo mejor del todo el día. Me vuelvo hacía la meta y en vista de que no ha llegado Cardenal, me voy a cambiar una vez parado y empapado siento mucho frío. Me limpio como puedo con una botella de agua y un pañuelo y me pongo el chándal. Estoy cabreado, el agua y el barro no me ha sentado bien. Nos llaman por teléfono y nos dicen que ya ha entrado Cardenal, me alegro por él, salvo una pequeña caída en el barro tampoco a tenido ninguna incidencia y después de todo el día pedaleando casi hemos entrado juntos.

Al final 6 horas 21 minutos, 6:08 descontando el tiempo del paso por la salida, 5:37 minutos pedaleando y una media de 20.6, increíble, mejor tiempo en la vuelta con el tramo de subida y el barro que en la bajada.


He estado mirando comentarios y yo me libre por los pelos del lodazal que se formo, fui capaz de pasarlo rodando, despacio pero sobre la bicicleta, por lo que comenta la gente y viendo los tiempos que hizo, debí ser de los últimos, y detrás de mi la gente debió tardar en hacer 4-5 km más de media hora, entre ellos Cardenal.

Al final fuimos a cenar algo, pasta y carne, esto último por gentileza de Capa que debió armar una buena a los de la parrilla, con el “queme” que le duraba todavía con la organización, no le hizo falta ni la barbacoa para poner la carne en su punto. Y no le falta razón, no tiene sentido que cene todo el pueblo a costa de los ciclistas y que los últimos en llegar no tengan la comida por la que se ha pagado.

Cuando nos íbamos todavía seguía llegando gente, estos si que tienen mérito, ahora entiendo lo de llevar luces. Algunos parecía que llevaban velas y otros parecían auténticos coches de rally. Y la organización salía a buscar gente que no había llegado.

He estado mirando las clasificaciones la que tenían el domingo por la noche:

Finalizados de la larga 3956, como no hubo listado de inscritos no se cuantos había realmente participando en la larga.

Posición de llegada de charrojad 2472 y de Cardenal 2925.
Teniendo en cuenta el tiempo compensado perdido en la salida 12 minutos 25 segundos, la posición real: charrojad 2322 y Cardenal 2871.

Posición de salida aproximada charrojad 3629 y Cardenal 3637.

Puestos ganados charojad 1307 y Cardenal 766

Nos acordamos mucho de Descensos, estoy seguro de que se lo habría pasado bien. Y hubiera terminado mejor con su habilidad en los pelotones y bajadas.

No se si volveré el próximo año, la carrera no ha satisfecho las expectativas que me había creado, pense que era una carrera con poco desnivel para rodar rápido y no ha sido así. Creo que la organización no ha estado a la altura de los seis mil y pico participantes,…

Hasta el siguiente reto...

PD 1 agradecer a mi “Personal Assistant“ su ayuda y compresión, sin la cual, todo esto sería mucho más difícil sino imposible. Espero que pronto se anime a acompañarme pedaleando.

PD 2, para el próximo sábado propongo recuperar el espirtu globero, cuando hacer más de 40 km era un gran reto. Ida a Pinseque, almuerzo a la antigua usanza, a elegir entre chistorra y longaniza acompañado de sus correspondientes huevos fritos y vuelta por el canal acordándose del almuerzo.

PD: 3 Espero no haberme extendido demasiado en la crónica, pero son muchas horas de experiencias.

Monegros 2012

desde las 9:30 hasta las 12:00 hay muchas cosas que contar, la crónica me ha salido un poco larga y me falta montar las fotos.

permanecer en escucha, próximamente en su receptor "Los globleros a la conquista del desierto de los Monegros."

martes, 1 de mayo de 2012

CUARTO DIA DE ENTRENO PARA LA MONEGROS (el día del barro)



 Esta salida empezó la noche anterior, durante la sobremesa posterior a la cena, en la que de los tres integrantes uno parecía no tener muchas ganas de salir, bueno, bueno, lo admito era yo. Quedamos en que si llovía los avisaría por la mañana para no salir y tras alguna broma de que si o si les diría que llovía al día siguiente, nos despedimos.
 
   Llega el día de la salida y al levantarme y mirar por la ventana, "que mala pinta" es lo que pienso, unos nubarrones negros cubren el cielo, lo que me hace llamar a Aprietafrenos, que me dice que en la Muela esta despejado y decidimos salir.
Al salir de casa chasco está lloviendo, poco pero lo hace, y entonces empiezo a dudar pero tengo que acudir a la cita y me pongo en camino a pedalear. Cuando llego me están esperando los dos y me convencen de nuevo como la noche anterior, y es que soy un tío facilon.
Nos ponemos en marcha y parece que al final no nos vamos a mojar, pero tampoco nos vamos a poner morenos.
Al principio todo marcha tranquilo, algún charco pero nada que resulte ser digno de mención, además esta vez Charro parece mas sosegado y no salimos tan rápido como el día que lo hicimos los dos solos, claro que la ruta que nos ha preparado hoy es 20 Km más larga que la de la pasada vez, y ésto también se tiene que notar. Poco a poco llegamos a Peñaflor y su vedado, aquí es donde se pone la cosa peliaguda, comenzamos a encontrarnos zonas embarradas, pero no sólo embarradas sino embarradas al cubo que pasada, cada uno va como puede y por donde puede, y tras algún pie a tierra e incluso un cuerpo a tierra sin mucha importancia parece que por fin dejamos atrás esa zona de arenas movedizas, y es entonces donde nos damos cuenta de que o la montura de Charro tiene un imán que atrae el barro, o las cubiertas "Panaracer" que montamos Cardenal y yo funcionan muy bien en barro.

 


 Tras algún Km más llegamos a una zona que nos resulta familiar, es la ultima subida de la que fue nuestra primera carrera de BTT, lo que me trae muy buenos recuerdos y por unos instantes me hace recuperar unas fuerzas que creía perdidas, poco después comienza a llover, nos cobijamos en un puente puente bajo la autopista, donde decidimos comernos una barrita y esperar a que pare de llover antes de reanudar la marcha, no paso mucho tiempo antes de que esto sucediera, a pesar de lo cual parece que todos nos hemos quedado fríos y nos cuesta pedalear.
 Tras algún Km más llegamos a una zona que nos resulta familiar, es la ultima subida de la que fue nuestra primera carrera de BTT, lo que me trae muy buenos recuerdos y por unos instantes me hace recuperar unas fuerzas que creía perdidas, poco después comienza a llover, nos cobijamos en un puente puente bajo la autopista, donde decidimos comernos una barrita y esperar a que pare de llover antes de reanudar la marcha, no paso mucho tiempo antes de que esto sucediera, a pesar de lo cual parece que todos nos hemos quedado fríos y nos cuesta pedalear.
 Tras algún Km más llegamos a una zona que nos resulta familiar, es la ultima subida de la que fue nuestra primera carrera de BTT, lo que me trae muy buenos recuerdos y por unos instantes me hace recuperar unas fuerzas que creía perdidas, poco después comienza a llover, nos cobijamos en un puente puente bajo la autopista, donde decidimos comernos una barrita y esperar a que pare de llover antes de reanudar la marcha, no paso mucho tiempo antes de que esto sucediera, a pesar de lo cual parece que todos nos hemos quedado fríos y nos cuesta pedalear.
Durante la vuelta por el camino INFERNAL, también llamado el camino de la Alfranca todos pasamos por nuestros momentos de apuros, pero la idea de terminar por fin esta etapa tan dura, nos da la fuerza para continuar a buen ritmo. Y así llegamos al puente final de etapa "para algunos" que a mi aún me queda llegar hasta casa (uf que pereza), cosa que al ser por carril bici sin baches me resulta menos dura de lo que creía, y así finaliza esta mañana tan entretenida y dura a la par.

PD: Perdonar por no incluir ningún documento gráfico, así que ya sabes Cardenal si quieres incluir alguna foto...



PD: Gracias por ofreceros a traerme en coche a casa chicos.