LA INVERNAL 2012 – Sencillamente genial
Dado que no suelo realizar ninguna entrada, esta vez haré mi crónica acerca de la 2ª edición de la Invernal de Motorland en el circuito de Alcañiz.
Hasta unos días atrás no tuve muy claro si presentarme o no dado que para conseguir el objetivo primordial, lo primero que necesitaba era una bicicleta de carretera; promesa que yo me hice que si conseguía que alguien me prestara o alquilara el elemento indispensable me presentaría para la prueba competitiva.
Dicho esto y después de ciertos contactos; El Sábado 14 de Enero a las 11:50 conseguí montar y realizar mi primera salida en solitario con una bicicleta de carretera, modelo: Specialized Allez Comp.
En dicha salida ascendí al puerto de Cubel a unos 1100m. de altura desde 600m. en Morata de Jiloca; 500m. de desnivel para unos 20 kilómetros de subida.
Para mi era un primer contacto y una primera prueba para saber si podría ser capaz de rodar en semejante burra.
Las sensaciones fueron mejor de lo que esperaba, pese a ir con precaución a causa del hielo y de ser novato en esa bici; no me podía creer como iba tan ligero y sin cargar mucho las piernas. 13 kilómetros con plato de 52 dientes y el resto bajé al de 39.
A la bajada, también con precaución en los primeros kilómetros debido al estado del pavimento; lo mejor vino después, los 7 últimos kilómetros hasta llegar hasta Morata los hice a una velocidad hasta ahora desconocida para mi en una bicicleta. No llevaba cuentakilómetros ni GPS ni nada, para no distraerme y centrarme bien en la bicicleta, pero la sensación de velocidad a la que iba no era comparable a nada de lo anterior.
Después de eso me dije, “puedo hacerlo”; Puedo presentarme a la Invernal en la modalidad de 50 Kilómetros y no morir en el intento.
Me plantee una semana movida, con 2 dias de salida en bicicleta para realizar una distancia de 50 kilómetros a la mayor velocidad posible y 2 días de rodillo en casa, dado que por causas laborales no todos los días puedo salir prontito para coger la bici.
Para dicho entrenamiento también era importante una buena alimentación rica en pasta y arroz; energía para tanta quema de calorías. Quiero agradecer en este inciso a Eva y Carmen por preocuparse por este tema.
Después de esto y de escuchar ciertos comentarios jocosos a cerca de mi pasión por querer presentarme la competición pasaron los días y llegó el viernes, después de hacer un poco de rodillo, sin forzar ya demasiado; preparé todo para el día siguiente; evitando no dejarme absolutamente nada.
La suerte estaba echada, y pronto se vería si la semana había valido la pena o simplemente fue un sueño frustrado. Mi planteamiento era duro pero eficaz; me preparé para rodar directo y a una media 30 por hora durante 60Km. Después, se acabaría el combustible.
Suena el despertador del móvil a las 5:40AM, como siempre con la suite de Forrest Gump. Para mi una des las mejores películas y bandas sonoras hasta la fecha.
Cargamos el cuerpo con un buen desayuno a base de zumo, leche y lo que mejor me va, cereales.
Cargamos bicicletas y bultos como si nos fuéramos juntos y solos a la guerra y nos marchamos rumbo a Alcañiz.
Por el camino no paro de pensar, algo de nervios y algo de preocupación, pero orgulloso de ir a disfrutar, pasarlo bien y aprender del momento.
Llegamos al circuito y no hay más que cuatro coches todos con sus ocupantes dentro esperando el momento. Cojo la bolsa con el dorsal y el microchip, entre otras cosas, y me vuelvo al coche.
Los nervios cada vez hacían más mella en mi, pero me vienen bien, me hacen estar alerta y espabilado.
Llega el momento de enfundarse la ropa, sacar la bici, comprobar estado presión ruedas, comer algo y desear que todo salga bien.
En el último momento me quito todo artilugio que pueda molestarme o distraerme, cuentakilómetros, GPS,… con la idea de ir contando las vueltas, aunque de sobras se que una vez en marcha perderé la cuenta.
Le doy un beso a Eva y me quedo en la puerta esperando a que podamos entrar ya a la parrilla de salida.
Todos los que estábamos allí nos mirábamos los unos a los otros como preguntándonos ¿Quién eres tú y qué has venido a hacer aquí? Llegaba el momento más esperado de toda la semana para mí, y no iba a rendirme ante semejantes máquinas de pedalear que había a mi lado.
Entramos al circuito y nos ponemos en la parrilla de salida, nervios muchos nervios; la salida es importante y hay que estar muy atento.
Después de 10 minutos esperando la salida por fin se pone el semáforo en Rojo; yo me sentía como en una carrera de verdad, de hecho era una carrera de verdad y lo del semáforo y la bandera a cuadros era la leche para mí.
Por fin, se apaga el semáforo y dan el banderazo de salida; salgo como una exhalación al igual que todos, eso no era una carrera, era un sprint, qué manera de salir todos en tromba. Esa es la sensación que buscaba, pensando en eso y cuanto podré aguantar en el circuito.
Ya en la primera vuelta me puse dentro del pelotón, nadie quería destacar de momento; sabía que las 2 primeras vueltas serían las peores, y que después el cuerpo entraría en la temperatura ideal. Justo lo que ocurrió.
Lógicamente, yo no iba a ganar y ni me lo había planteado. Mi meta; hacer los 50 kilómetros en menos de 1:40. Para mí y para ser la 4ª vez que salía con esta bicicleta era un triunfo y batirme a mi mismo. Eso si, disfrutando del momento y de la sensación de correr con gente casi y/o profesional.
Nada pudo salir mejor, di la primera vuelta, la segunda, tercera,… aquello marchaba bien, mucho mejor de lo que esperaba.
En la grada, Eva animándome en todo momento y yo sin para de pensar en todo lo que te rodea en ese momento, después y como sorpresa veo que me gritan. Es el Goyo y la Carmen que también han venido a verme. ¡Más ilusión no se podía tener! Y menudo apoyo, había que devolverles todo cuanto pudiera, y la única manera era hacerlo como sé hacerlo.
Después de varias vueltas, perdí la noción del tiempo, y me desentendí de cuántas vueltas llevaba. No sabia en que vuelta estaba ni cuando me faltaba, pero me daba igual. Para mi lo importante era que estaba allí corriendo a gran velocidad y que todo, cuerpo, mente y bicicleta funcionaba bien.
Aquello era increíble, y a pesar del viento que soplaba en la subida al sacacorchos nada me podía detener ya; desconozco la velocidad máxima que alcancé pero sé que mucha en la recta de salida; así como las 2 plegadas maravillosas en el mismo sacacorchos. En mi vida, me había puesto de esa manera en una bicicleta.
No podía parar y nada me hacía sentir mal, ni dolores, ni calambres. La alimentación durante toda la semana había entrado en juego; tenía energía de sobra para hacer esto y para saber que podría hacerlo mejor. Gel y barrita a mitad de carrera y a seguir la marcha. Pedaleando a toda máquina hasta el final.
Calculando ya que debía llevar más tiempo del normal, en una de las vueltas le pido el tiempo a Eva y a la siguiente me dice que ya debo a haber terminado. Pero no se porqué, yo no quería salir de allí, menudo regalo me habían dado, era como quitarle una bolsa de caramelos a un niño. Si salía de allí se acababa ese disfrute, pero también sabía que el objetivo estaba conseguido.
En mi última vuelta y antes de salir veo a mis amigos que también me dan ánimos, me alegro que por lo menos hayan venido a verme a pesar de que yo ya había bajado el ritmo conociendo que ya había terminado.
Lo mejor fue la sensación de salir de la carrera con las ganas de querer seguir pedaleando más y más. Tenía energías de sobra y al final se notó, porque debía hacer como unas 12 ó 13 vueltas al circuito.
Mi objetivo estaba hecho, ahora sólo faltaba saber el tiempo. Y después de los fallos de cronometraje en una de mis vueltas, por causas ajenas a mí, por fin conocí mi tiempo real, dentro de lo que yo esperaba, quedando entre los 20 primeros en una 19ª posición de 108 corredores que participaron en dicha competición.
El tiempo: 1 hora 38 minutos y 47 segundos y más de 30 km/h de media.
Siento no poder poneros gráficas ni nada por el estilo, algo y alguien me dijo que no llevara nada. No me arrepiento, aquello no era una salida de paseo, era una carrera y venían bicis de todas partes, delante, detrás izquierda y derechas. Había que estar muy atento; pero os puedo asegurar que sin tener referencias y sin cacharros me dediqué a disfrutar más y observar mejor al resto de corredores.
Esta es la primera carrera del año, espero que hayan muchas más, lo que si avanzo es que si tengo el elemento indispensable, la fuerza necesaria y tiempo de preparación; os espero en la competición de 100Km.