Como veo que el blog está un poco parado, voy ha realizar una entrada para animarlo.
Comentaré un poco la salida del pasado siete de enero con salida y llegada en Cadrete.Yo tenía preparada una ruta con subida por las planas emprender camino a Fuendetodos y antes de llegar intentar “abrir una nueva ruta” Fuendetodos-molino alto de Jaulin-Mezalocha, según plano unos 62 km.
Antes de empezar afortunadamente hice caso de los “sabios del grupo” y evitamos la subida a las planas por Cadrete y atacamos a las planas por Maria. Como siempre y más sin haber cogido la bici durante el mes de diciembre, el comienzo se me hizo muy duro, no encontraba el ritmo e iba alto de pulsaciones, por suerte a la salida de María y ante las primeras rampas, el ritmo se igualo con el resto de compañeros, a excepción de Antonio que como siempre se le ve sobrado. Poco a poco fuimos haciendo camino. Y como siempre, ya deja de ser anecdótico para convertirse en costumbre, una batida de jabalíes nos hizo modificar la ruta prevista.
Una vez que subimos a las planas el viento se hizo más evidente y aunque en principio nos daba de espalda los más expertos intuían lo que supondría a la vuelta.
Con unos 25 km recorridos, surgen dudas sobre la ruta a completar, si realizar la subida al molino alto de Jaulin y exploración de nueva ruta, o volver directamente por Jaulin y dejar los experimentos para días donde “Eolo” no haga acto de presencia. Finalmente mientras unos recuperábamos fuerzas con barritas energéticas, nos decidimos por la ruta más corta y sencilla. Otros a escondidas se tomaban la pócima de Panoramix y el camino de vuelta se convirtió en una carrera de velocidad donde parecía que el último pagaba las cañas. Como siempre Cardenal alias “plato grande”, rompió hostilidades y puso un ritmo endiablado, yo apretando los dientes lo seguía como podía, intuyendo que no serían mas de dos o tres kilómetros, mirada atrás y… magia, nadie por aquí y nadie por allá. Afortunadamente bajamos el ritmo y recuperamos un poco las pulsaciones, el viento sopla fuerte y aunque el terreno es descendente, cuesta avanzar y no te permite dejar de pedalear. Al poco nos alcanza Antonio y un poco después Descensos, debía venir con las pilas puestas por que pasó como un rayo y nos volvió a poner en fila de a uno. Esperando que se cansaran pronto decidí seguirlos, pero las sensaciones no eran buenas, las pulsaciones iban a mil y me dolían las piernas comos si estuviera subiendo a la “bola del mundo”, apretaba los dientes y aguantaba como podía, miraba la cara de los “compañeros” buscando un síntoma de fatiga y como no lo encontraba, media la distancia a Jaulin, su parque y su fuente para un momento de descanso.
Cual fue mi sorpresa cuando al pasar por Jaulin hacemos ruta alternativa sin pasar por el parque y sobre todo sin parar en la fuente, el ritmo se ha relajado un poco pero es solo un espejismo, al pisar la carretera, el ritmo va creciendo y en varios ocasiones estoy a punto de tirar la toalla, demasiado para mi pobre corazón. Abandonamos la carretera y el ritmo no aminora, el viento lo hace todo más difícil y voy saltando de rueda a rueda a ver si alguna me resulta más cómoda de seguir. Otro par de bajones de moral y nueva comida de tarro en si dejar que se escapen definitivamente o morir en el intento de seguirlos. Al final vi la luz, ante un repecho y el viento de cara los compañeros se quedan atrás, al llegar arriba no paro, intento seguir a un ritmo menor pero alto para que les cueste cogerme y poder recuperar un poco, aprovecho la bajada y los quince kilos de bici para no perder inercia, pedaleo buscando el siguiente repecho y esperando que no me vuelvan a pasar como una exhalación pues estoy al limite de mis fuerzas.
Mi gozo en un pozo, en el repecho veo como se aproxima una sombra a toda velocidad y me pasa por la derecha. Finalmente relajación, sólo es Antonio que juega en otra liga, miro atrás y el resto viene un poco más alejados y a un ritmo moderado. Aprovecho para comer, beber y recuperar pulsaciones, bajo el ritmo pero no paro, estoy tan cansado que no como responderé hasta llegar a Cadrete. Finalmente reagrupamiento antes de llegar a María y parada técnica para solucionar un pinchazo de Antonio, la vuelta a Cadrete sin novedad.
Os adjunto unas gráficas de velocidades de la ruta. Yo antes de verlas pensaba que habíamos ido a sesenta por hora de lo duro que me había parecido pero nada de nada, lo que está claro es que el viento es peor que las pendientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario