domingo, 1 de abril de 2012

JAMÓN-BIKE




Más vale tarde que nunca. Parece que fue ayer pero ha pasado ya una semana de mi aventura “extrema” de la jamón-bike.

Está aventura deportiva tocaba afrontarla en solitario, afortunadamente llevaba apoyo moral y seguimiento técnico en cada avituallamiento.

Salimos pronto y a las 8:30 estábamos en Calamocha, a las puertas del hotel Fidalgo para recoger la bolsa de Corredor, te explicaban como se colocaba el cronochip y al aparcamiento a preparar bici, vestuario y viandas. Se veía ambiente más profesional, con muchos ayudantes para cada grupo de ciclistas.

En apenas un abrir y cerrar de ojos, se pasaron los cuarenta y cinco minutos, con muchas dudas sobre la ropa a llevar. Los autóctonos decían que arriba había algo de nieve y que se notaría fresquito pero que luego pasaríamos calor.

Se da la salida neutralizada y todos en marcha, siguiendo fiel a mí costumbre arranque en posiciones de cola con la esperanza de ir pasando a corredores. Pero hoy las cosas eran diferentes, los “globeros” no se apuntan a este tipo de pruebas y el ritmo era bastante alto. Las sensaciones no eran buenas, pulsaciones muy altas y dolores en los isquiotibiales desde el principio. El pelotón principal se alejaba sin remedio y pronto me vi rodando en solitario más mal que bien. En los primeros kilómetros, algún biker con problemas mecánicos y poco más.

El trazado estaba bastante bien señalizado, y viendo que la media de 18 prevista por la organización iba a ser difícil de conseguir, coloque el gps en modo económico para ahorrar batería que la cosa iba para largo.



Por el primer paso donde estaba “aprieta frenos” pase bastante fastidiado, vi en directo como la cubierta tubeless de una giant 29” pinchaba para desesperación de su jinete y acompañante. No debieron ser capaces de arreglarla pues no los vi en el resto de la prueba.

Pasamos por el primer control y nos dispusimos a atacar la parte más dura de la prueba hasta el segundo, algún paisano de la zona dejaba caer comentarios del tipo “anda que no les queda nada a estos hasta arriba”, y cosas parecidas que no ayudaban a subir la moral. Efectivamente fue un tramo duro de subida constante y en una rampa tuve que echar pie a tierra para poder afrontarla. El terreno estaba muy blando debido a las lluvias de la semana y a la nieve en proceso de deshielo.

Por fin llegue al PC2, lo más duro estaba realizado, algo más de 1200 metros de desnivel acumulado en menos de 45 Km.

A partir de aquí las sensaciones mejoraron, me dejaron de doler las piernas y las pulsaciones eran más acordes al esfuerzo realizado. Después de otro tramo más de subida e ir “cresteando” un montón de picos, con nieve alrededor, empezó un tramo bastante largo de bajada, durante muchos kilómetros la bajada discurría por un barranco, no había problema porque el camino a parte de un montón de piedra suelta existía como tal, la gracia estaba en que el camino iba por dentro de un rambla, y después de las lluvias y la nieve, la rambla hacía su labor y canalizaba el agua hacía el valle. Se sucedieron los cruces con cursos de agua, los primeros con la precaución debida e intentando no mojarte más de lo debido, que en los tramos de subida ya llevabas barro hasta en las orejas, después ya no te importaba mojarte las piernas con agua helada, pasabas los cruces sin frenar, que no estaban las cosas como para malgastar energía y lo único que pedías es que no existiera una poza donde se te quedará clavada la rueda.

Así llegamos al punto 3, situado en medio de otra subida criminal, lo cual hacía muy agradable la parada para descansar pero la vuelta a la marcha era mortal, en este tramo apareció la segunda rampa en la que tuve que bajar de la bicicleta. Este tramo fue muy duro, por ello el siguiente punto de control estaba relativamente cerca, aquí apareció mi acompañante con un plátano para recuperar fuerzas que me vino genial.

Era el km 67 y faltaba la mitad de la prueba, lo más duro ya había pasado pero aún faltaba la última gran subida hasta el PC5. Estabamos en el punto de no retorno, si seguíamos tenía que ser ya hasta el final. La cabeza dijo que había que seguir y al cuerpo no le quedo más remedio que seguirla.

Ahora iba ya tan cansado que no notaba ni el dolor, así que sin nadie por delante y nadie por detrás afrontamos la marcha hasta el PC5, tan mal puesto como el PC3, en medio de una subida, esto si la última por lo que la salida  volvió a ser dura de verdad. Km 85 quedaban 28 más, casi nada.
Una vez arriba, y con la vista puesta en Calamocha afronte el último tramo de bajada y llano, a disfrutar bajando y a sufrir llaneando hasta el final.

Reto conseguido, 7 horas y 24 minutos después pase por la meta. 6 horas y 55 minutos pedaleando, el resto, paradas en avituallamientos y en los servicios de caballeros distribuidos por el recorrido, todos ellos con ambientador de pino natural.

Y AHORA EL PRÓXIMO RETO: dorsal 2958



3 comentarios:

  1. Buena entrada, pero hace que me alegre de no haberme apuntado, quien sabe si otro año con mas preparación...
    Este fin de semana he estado en el Burgo de Osma con Rafa un aficionado a la Mtb que se a apuntado a la Orbea desert, todavia no se que hare.

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  2. Buenas fotos, sobre todo muy original la del dorsal espero que la monegros resulte mas suave que esta, por cierto no os preocupeis que este año creo que hay 5000 plazas de inscripcion.
    Bueno ha entrenar duro para que se nos haga mas larga de lo que ya es.
    Ciao :D .

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  3. Jose! te felicito! Madre mía, haces que lo duro parezca menos duro, que al final todo se consigue, con ilusión y ganas... eso se llama "Constancia", muy bien majo.
    Y os quereis llevar a mi Juanito? madre mía, se tiene que entrenar duro!!!
    P.D.: He tenido que recuperar la contraseña por que siempre escribo como anónimo ;D

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